miércoles, 16 de diciembre de 2015

Saudade…


Siempre entre el ser y el no ser

entre el amar, el sentir y el soñar

entre los melancólicos versos agoreros

o los escurridizos vaivenes de un sentimiento…

Apareciendo de a ratos entre las tinieblas

o viboreando a través de una nostalgia,

escurriéndose como agua entre los dedos

o internándose sin temor en las honduras

más íntimas de los rencores secretos.

Contemplando impertérrita las quimeras

o enamorándose de amigos y visitas

se infiltra de a poco en nuestras vistas

y comprime trecho a trecho la agonía…

Macilenta voz que me desnudas

con paciencia sórdida y fragante

que me llega hasta el tuétano tu brisa

y disloca con voz grave mi talante,

produciendo escozor tu fresca risa

aunque no dejarás de ser la amante,

que conjugas con ternura la alternancia

de palabras y ritmos compartidos

toda vez que musitas en mi oído

tu voz grave de tenor altisonante.

Formas parte de la brisa más patética

y seduces los destinos más diversos,

acompañas desde siempre el universo

de ilusión, de amor, de fantasía,

y a la vez te conviertes al abismo

que encontrara el poeta en su poesía…

Cuanto más puedes darme en esta noche

en que mis entrañas te están necesitando

si no has podido volver cuando te quise

y no has sabido entender, cuando callando,

volcaba en mis versos redundantes

el ayer que me estaba condenando.

Ya deja de merodear alrededores

ya muestra de una vez tu consonancia

que tu tiempo es el tiempo de los hombres

que callan por ganarle a la distancia

entre tus vanos placeres siempre ocultos

y los tristes instantes de añoranzas…


















Saudade amor… saudade…

Saudade que me muero de nostalgia

por conocer tus rincones más oscuros

y por vivir para siempre entre tus garras…

Mario Ranero