miércoles, 17 de abril de 2013

Si no me hubieses dejado…




Sabes...

han pasado tantas cosas...

sería necesario una vida para poder explicarte...

 

Esas noches solitarias,

esas mañanas sin preguntas,

esos mediodías sin respuestas,

esas tardes de alcohol,

esas fiestas sin sentido,

ese alcohol... sin sentido,

ese olvido persistente,

ese recuerdo insalvable…

el canto de los pájaros no escuchados,

el caminar de la gente... sin verla,

el llorar de los niños sin dolerme,

el dolor inadvertido de los grandes,

el temor de las mujeres,

el amor correspondido,

el amor que no llegó...

la pasión que se esfumó...

 

De la mano que no me acarició...

de la que me maltrató,

del sabor amargo...

del camino recorrido,

de la locura...

del rencor...

en fin...

 

de todo lo que no hubiera pasado

si no me hubieses dejado.

 

Mario Ranero (Otoño del 2013)
 
 

martes, 16 de abril de 2013

Temor


Voy por este destino... solo pudiendo sentir

en secreto y sin mostrarme,

ese placer tan doliente

que significa quererte y no poder demostrarte…

que tal vez esa locura que llevo muy en las venas

es la profunda y serena voluntad de conquistarte.

 

Entre estas tibias paredes día y noche...  noche y día

siento la lejanía de ese... quimérico amor,

que en el espacio infinito de mi alma y de la tuya

busca...  mil veces busca, que algún gesto… una mirada,

lo llene de amor y calma, compartiendo la aventura,

de soñar  ese momento… de tenernos en los brazos

y escuchar como un gemido, descontrolados latidos,

o tu voz serena y clara, anunciándome la helada

y profunda indiferencia, o alargándome  la vida

hasta su último límite, tratándome de explicar

el por qué de una mujer, y desde dónde viniste…

 

De todas maneras pienso... peor sería no verte, pues…

es mucho menos dolor, tenerte y no tenerte,

que vivir con el temor que me provoca perderte.

 

Mario Ranero (Otoño de 2013 de la Era Cálmica)




sábado, 13 de abril de 2013

Calle sin salida


 
Calle sin salida, laberinto nocturno.

Opresión del pecho, sin saber contínuo…

Largo camino a la nada

volver a ver lo nunca visto

pasión desencadenada

herida sangrante que al fin… nunca cicatrizó

y yo… ya ves…

desangrando gota a gota

otra paralizante melodía

que vuelve a repetir los quejidos del ayer.

Calle sin salida, paredón interminable,

divisorio entre la vida y los sueños,

camino sinuoso que no lleva a ninguna parte

porque en el final tiene un abismo…

Abismo de sol y de sombras que flotan alrededor

del ser y del no ser,

desprolijidad de pensamientos,

blancas lagunas de agua helada

que empañan la tierra somnolienta.

Y al final… la nada…

Lo de siempre… lo de nunca…

Lo que pensamos que iba a ser y fue,

lo que cualquiera hubiera supuesto

sin misterios, sin adivinanzas miserables

solo por el hecho de ser… de sentir…

Monotonía de vida…

Pasión desdibujada en una mueca que aparenta ser

pero no es…

Debilidad del ser que pretende y no puede…

Ansiedad recidiva que enamora solo a un sinsentido.

Perdón nunca dicho, caricia nunca entregada,

caminar de caminares que se retuercen en la imagen

como si fuera ayer, pero… no es ayer

es el hoy que golpea, es el mañana que abruma

en fin…

es la triste melodía de un tango que jamás será bailado

en esta estrecha calle sin salida…

 

Mario Ranero (otoño del 2013)
 
 

jueves, 11 de abril de 2013

Tu mundo y el mío


 
Este es mi mundo... lo construí para ti.

Lo fui formando despacio esperando ese momento,

en que juntos compartamos ese sueño tan lejano

de amarnos sin miramientos.

 

No tiene calles ni veredas que se puedan recorrer,

ni tampoco tiene gente,

solo estamos vos y yo.

 

Sabes...

Presentía que vendrías...

estaba casi seguro...

y por eso lo formé lentamente y sin apuro.

 

Me llevó bastante tiempo, no importa cuánto pasó,

solo importa que yo sé que si llegaste hasta él

va a ser difícil salir,

pues allí te envolveré con la seda de mi amor,

sin dejar ni un momento de decirte todo aquello

que es lo que siento por vos.

 

En este mundo creado

tan solo existirá la sonrisa....

tu sonrisa angelical.

En él podrás descansar la fatiga de otro día

pero tienes que saber que en este mundo de amor,

no debe existir el rencor, ni el odio, ni la venganza,

en él flotan la esperanza y desbordante alegría...

como la de saberte mía

en este mundo... que es nuestro

muriente en antología

 

No le temas... es hermoso, depende solo de nos,

sin dar más cuentas a nadie pues no los necesitamos,

en él sólo nos amamos, y eso… ya es suficiente,

destruyamos la pendiente que nos muestra el otro mundo

y amémonos sin tapujos, en voz baja, al oído...

digámonos lo sentido, besémonos hasta el fin…

y así podremos sentir muy adentro de nosotros

aquello que yo construyo para poder verte feliz.

 

Pues... no es otro mi destino que llevarte de la mano

por este estrecho camino, tan sutil y tan lejano…

que nos lleva silencioso hasta el umbral sin destino

sabiéndonos siempre solos

en este…

tu mundo y el mío.

 

 
Mario Ranero (Incipiente y trágico otoño del 2013)