Beber
del fuego de tu boca, quiero...
sentir
las formas de las formas de tu cuerpo,
y
así entregarme hasta en el último aliento
seguro
de saber que lo seguro, puede ser cierto.
Cabalgar
como cabalga un caballero errante
buscar
como se busca cuando se tiene delante
el
deseo de ser aquello que quisiera
y
que hoy la vida nuevamente niega.
Juntar
con mis manos tus manos casi tibias
acariciar
con mis dedos tus partes más sencillas,
navegar
por el mundo eterno de tus ojos
entrar
en tu túnel… sin acabar despojos.
Vivir
como vive aquél que tanto ama
sentir
como siente aquél que amor reclama
recostarme
en tus pechos blancos como nieve
envolverme
en tu alma y sentir que llueve.
Cantarle
a una luna frágil como tu alma
quemarme
con el fuego que tu cuerpo derrama
amarte
enloquecido, como nadie te ama
como
esquizofrénico que nada reclama.
Besar
tu piel durazna, suave y lejana
caminar
por tu pubis descalzo entre sus ramas
aspirar
tu aliento convertido en llama
hacer
un nido tierno entre pliegues de tu almohada.
En
fin... quererte pero quererte en el alma,
y
esperar contigo a que llegue la calma
esa
calma infinita que mi ser reclama
y
que por no sé qué cosa, enfrió la mañana…
Tal
vez, algún día, y buscando sosiego
te
diga que te amo, para serte sincero,
te
busque en las tinieblas de este mundo eterno
y
beba del fuego que de tu boca quiero…