Si supieras lo mucho que sentí,
si
pudieras entrar en mis minutos,
comprenderías
lo tanto que te pienso…
lo
que te quiero sin lamentos,
cuánto
deseo sentir tu amor aliento,
cuánto
imagino tus noches y tus vientos
tus
labios quebrados, somnolientos,
tus
ojos despiertos, centinelas,
tus
manos llenando mis momentos
la
sonrisa imborrable de aquel beso...
mis
manos pegadas a tu cuerpo,
el
cuello que te muerdo allá en mis sueños,
la
piel de tu cuerpo frío y lejano…
tus
dedos enredados en mi mano
tu llanto
sentido y aún cercano,
tu
amor por un rato y después...
tu
abismo…
Mario Ranero
(Comenzando la mejor estación del año… el otoño 2013)