viernes, 28 de noviembre de 2014

"Amar a alguien, creo, que es lo único que no depende, de nosotros."

Laura Barrientos Lowey

sábado, 3 de mayo de 2014

Su relato era tan profundo 
que ese miedo se fue llenando de razones. 
Escribía, escribía y oscurecía, 
oscurecía a la velocidad de las letras. 
Se acariciaban las manos y las muñecas, 
y el vapor del té era, el vapor del tren. 
Ese tren sólo iba, iba y crecía, 
crecía como un beso, rojo.


Laura Barrientos Lowey


sábado, 12 de abril de 2014

Historias Pasadas...



La luna de plata abre grietas
sin que lo puedas evitar,
derraman tus lágrimas
ríos de cobardía y sal.

Espectros despiertan con tu energía
trayendo entre sus manos flores secas
borrando caricias en la memoria
dejándote solo entre el infierno y sus formas.

Aunque la felicidad hoy parezca muy lejana
sueña con el mañana
que en el hueco más profundo de un alma
la llama de esperanza siempre anida.

La lluvia cayendo afuera
será razón para qué vuelvas
mientras el viento sopla cenizas
y las historias pasadas...inevitablemente cicatrizan.



© Claudio Alejandro Castro




jueves, 20 de marzo de 2014

Hojas de otoño…


Hojas de otoño…
poéticas para los románticos,
malditas para los agnósticos,
laburo para los casuísticos,
amores para los nostálgicos.
Hojas de otoño…
culpables de melancolías,
amigas de fantasías,
violadas en noches frías,
pisadas por mayorías.
Hojas de otoño…
en cuál de ellas
se cambió la estación?
en cuál se derramó la ilusión?
en cuál de ellas
se murió mi corazón?
Hojas de otoño…
vuelven a mí recurrentemente,
construyen en mi alma
ajados y doloridos
jergones marchitos en melancolía,
vuelven a mí recurrentemente…
Hojas de otoño…
circunspectas, frágiles, malolientes…
me envuelven en nostalgias prudentes,
desgranan palmo a palmo mis recuerdos
y transforman los más profundos sentimientos
en melancólicos pasos del inexorable tiempo.
Hojas de otoño…
juegan en mi vida la rayuela del belga,
imprimen en mi alma la prosa del poeta,
encierran mis ayeres con magia novelesca,
marcan en mi ánimo canciones de protesta
y, finalmente…
me hacen revivir lo mejor de la gran gesta…


Mario Ranero (A minutos del inicio del otoño del 2014)



miércoles, 22 de enero de 2014

Esperando el final


Sabe que inexorable se va acercando el final,
y no está mal que así sea, por más que le de pesar,
así como el animal que ve el peligro cercano…
comienza a cerrar la mano y empieza a reflexionar.
Percibe de a poco el vuelo de un alma que sin apuro
le va marcando un camino errático y misterioso,
no sabe si hay que seguirla… y allí comienza su duda,
pues si bien se muestra afable y con los ojos brillosos
es un alma entristecida que encierra en su ser enigmas,
insalvables… sigilosos…
que vuelcan en el espacio los tiempos más escabrosos
vividos en otra vida, pensados en otra muerte,
como un clamor agitado que se agiganta inconsciente
y golpea entusiasmado sabiendo que  tiene en frente
esa vida mutilada que le presenta la suerte.
Anda… anda… no te pares…!
-parece decirle el tiempo-
que es como un amor errante las aguas que no bebemos
que es como alucinante beber a tragos los sueños
que nos dibujan siluetas allí donde poco vemos,
que nos delatan quereres en esas noches de ensueños,
que logran atiborrarnos, por más que pensemos bello
que acongojan las entrañas, aunque a veces sin saberlo
que todo lo estropean por no conocerle el verbo
y así predican la muerte para corrernos el velo…
que nos sepulta en las noches,
que nos veneran despiertos…

Ah! final que te aproximas, a pasos más que ligeros
si ese ha de ser tu propósito, no cambies el derrotero
aquí te estaré esperando bebiendo licor del bueno
pues no hay final más glorioso
que aquel que se espera ebrio…


Mario Ranero (Re verano del 2014)



lunes, 6 de enero de 2014

Llevarte


Cuando en la inmensidad de la noche
tu recuerdo viene a mi mente,
me pregunto por adentro
con palabras descarnadas
si es cierto lo que yo siento
si es cierto lo que tú sientes

Entonces... fijo mi vista
en puntos inconsistentes
cierro los ojos, te veo…
te tengo un rato presente,
me sumerjo en esos ojos
y pienso alocadamente.

No ha de ser de otra manera…
te siento como me sientes,
te quiero como me quieres…
necesito tu calor
como tú el mío surgente
y tus manos alrededor
de mi cuerpo aún caliente.

Por eso... solo por eso
te extraño beso por beso,
quiero acortar las distancias
pero no puedo... no puedo…
saber que tengo tu amor
y no poder entenderte.

Que loco me estoy volviendo
solo lo sabe el silencio,
que daría toda mi alma
para juntarme en el cielo…
eso... tan solo lo saben
mi corazón y mi verso.

Por darte a ti lo mejor
soy capaz de no nombrarte
para que nadie descubra
este profundo secreto
y así... por mis adentros
amarte... pero llevarte.


Mario Ranero (Caluroso, húmedo e insoportable verano 2014)