jueves, 14 de febrero de 2019

Aquel Beso…


Cómo poder explicar si con palabras no puedo

lo que dejó en mi alma aquel beso, tu beso...

Sentí como si el corazón de repente daba un vuelco,

se me llenaron los ojos de un extraño sentimiento.

Las manos se me mojaron, me quedó el cuerpo tieso…

como nunca había pasado, y eso... que yo he besado

por tiempos, tiempos y tiempos...



Comenzaste a rozar tus labios fríos y tiernos

y yo comencé a sentir que volaba por el cielo.

Tu lengua que se asomó como se asoma el lucero

hizo en mí tan loco estrago, que ya no supe decir

ni siquiera que te quiero.



Cuando acercaste tu cara antes de darme ese beso

presentí que terminaba la etapa del sufrimiento.

Busqué esa boca frágil que habrá sentido mil vientos

pero cuando me besó comprendí que por amor

esos vientos no eran vientos.



Cerré los ojos… volé… por la tierra y por el cielo

mientras acariciaba tu cuello, tu cara, tu desconsuelo...

y entonces... por un momento creí en lo increíble…

que era ese… nuestro tiempo.



Cuando te miré a los ojos mientras me dabas tu beso,

vi que ellos aún cerrados se movían por adentro,

entonces bajé la vista hasta llegar a tu cuerpo,

me pareció que temblabas, que estaba viviendo un sueño,

y sentí una caricia que volvió a helarme el cuello.



Regresé hasta tus labios que se encontraban abiertos,

no quería ni moverme por miedo a que no fuera cierto,

dibujaste un sonrisa… y me sentí hombre muerto,

entregado totalmente a ese tan loco momento…

no quería que pasara el inexorable tiempo…



Que quedara detenido en ese beso… tu beso...


Mario Ranero




El amor es la versión salvaje de la amistad


Mario Ranero