jueves, 2 de septiembre de 2010

El Leteo

Arrójate sobre mi corazón, alma cruel e indiferente,
tigre adorado, monstruo de aires indolentes;
yo quiero sumergir mis dedos temblorosos
en la espesura de tu pesada cabellera;

en tus enaguas generosas de perfume
quiero sepultar mi cabeza dolorida,
y respirar, como una flor deshecha
el dulce aroma de mi difunto amor.

¡Quisiera dormir! ¡Dormir más que vivir!
En un sueño tan dulce como la muerte
podré mis besos sin remordimiento
sobre tu bello cuerpo pulido como el cobre.

Para engullir mis sollozos apaciguados
de nada me sirve el abismo de tu cama;
el olvido poderoso habita en tu boca,
y el Leteo fluye en tus besos.

A mi destino, en lo sucesivo mi deleite,
obedeceré como un predestinado;
mártir dócil, inocente condenado,
cuyo fervor aviva el suplicio

chuparé, para ahogar mi rencor,
el veneno y la buena cicuta
en los extremos encantadores de este busto agudo
que jamás ha capturado corazón alguno.

Charles Baudelaire
(1821 - 1867)

No hay comentarios.: