todos vuelven recurrentes a mi espacio
traen día, hora y minuto de despedida
golpe profundo… profundo
y luego el abrazo,
ese con el que los vivos despedimos a los muertos
y tras él,
inmediatamente el recuerdo
la ausencia,
esa incontrastable ausencia que despoja…
Mario Ranero (otoño de 2012)
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