viernes, 3 de mayo de 2013

Te llamé…


 

Te llamé… no diste bola,

tan solo necesitaba que me dijeras un ¡Hola!

Sé que seguiré insistiendo

abandonar la lucha no pienso

te llamaré tantas veces

que se me dormirán los dedos.

Más, si en algún momento

se te ocurriera atenderme,

no esperes de mí otra cosa…

te mandaré a la merde!

 

Mario Ranero


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