Voy por
este destino... solo pudiendo sentir
en
secreto y sin mostrarme,
ese
placer tan doliente
que significa
quererte y no poder demostrarte…
que tal
vez esa locura que llevo muy en las venas
es la
profunda y serena voluntad de conquistarte.
Entre
estas tibias paredes día y noche...
noche y día
siento
la lejanía de ese... quimérico amor,
que en
el espacio infinito de mi alma y de la tuya
busca... mil veces busca, que algún gesto… una mirada,
lo
llene de amor y calma, compartiendo la aventura,
de
soñar ese momento… de tenernos en los
brazos
y
escuchar como un gemido, descontrolados latidos,
o tu voz
serena y clara, anunciándome la helada
y
profunda indiferencia, o alargándome la
vida
hasta
su último límite, tratándome de explicar
el por
qué de una mujer, y desde dónde viniste…
De
todas maneras pienso... peor sería no verte, pues…
es
mucho menos dolor, tenerte y no tenerte,
que
vivir con el temor que me provoca perderte.
Mario Ranero (Otoño de 2013 de la Era Cálmica)
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