Bello
y tibio sol de primavera
se
va grabando poco a poco en tu cuerpo,
lo
acaricio, y es como si supiera
dónde
quedan los puntos estratégicos.
Tu
boca me esclaviza, tu lengua me investiga,
la
trama de tu pelo me envuelve muy despacio.
Ya
todo me presiente que ha de faltar muy poco
para
encontrar la paz en todos tus espacios.
Mis
dedos te recorren como pulpos sin tregua,
desean
trasmitirte cuánto es lo que te siento,
no
pueden estar calmos, mucho menos ausentes…
de a
poco van sintiendo tus partes más lejanas…
Yo
siento que me queman tus labios y tu aliento,
me
abrazas y en tu abrazo me pierdo en tu silencio…
Mario Ranero
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