martes, 20 de agosto de 2013

lunes, 19 de agosto de 2013

La caja de pastillas…


Si bien nací en los cincuenta
por amor o contingencia,
nunca podré olvidar
pues tal vez de eso se trata,
que la forma más intensa
de esta vida medio ingrata
las viví en los setenta.
Fue cuando cien mil ideales
rondaban por las esquinas
buscando la caja humana
que pudiera contenerlos
y esparcirlos por el cielo
la tierra, el monte o el río
y que sintiéndolos míos
incorporé a mi vida
tratando corresponderlos
o tal vez que me hagan digno
de compartir esos sueños
que marcaron nuestras vidas
sin más rédito ni consuelo
que una caja de pastillas…
y otro quimérico tiempo…

Mario Ranero (Agotador invierno de 2013)


miércoles, 31 de julio de 2013

Nostalgias de un tiempo lindo



Los sesenta… los setenta…
que lindo haberlos vivido para poderlos contar!

 
Paso del Rey, casas bajas, siesta humeante… caminata,
veinte cuadras y el amigo esperando en la vereda,
piedras torpes del camino, matizando el macadán
un auto que viene raudo, y hay que bajarse a la tierra…
porque si no, le aseguro…  te pisa el orangután.
Y sí… cigarrillo perfumado a la sombra del aromo
esperando no sé qué cosa, toda la tarde al pedo
boleando algunas cachirlas, como decía mi viejo…

 
Asfalto quemando… la suela de los zapatos
cien grados a la sombra, otro faso y el placer…
diálogo cara a cara, la minita para ver…
El brócoli de la tana revolviéndose en la olla
mezclando su olor fulero con el perfume e’ la doña
las empanadas humeantes de la vieja del negrito
los rezongos de mi vieja… su mirada y ese grito…

 
Tardes de mocasín, corbata y la paleta…
¡péguele fuerte y con efecto para que el negro se doble!
y así ganarle la apuesta pero… no se dobla carajo!
¡lo parió!
otra vez en la derrota y a pagar la cervecita…
ésta con papas fritas, salamín y algún pancito
unos manishes salados, palitos con gusto rancio
y un rezongo de algún viejo que lo colmaba el cansancio.

 
Trajiste el winco? -No ves que sos un tumbao-
faltaba que te olvidaras también el lonpley de Los Panchos
esta noche es el asalto, Pingüino trae la guitarra
y seguro que la flaca algo nos va a cantar
toda la pilcha toda, mocasines y vaquero
si hay guita será lee, y si no un farwesero
camisa blanca mostrando, las plumitas y los rulos
y las minas con sus culos, rellenando el pantalón
que le quedaba pintón… y la polera coqueta
mostraba medianas tetas aumentando la ilusión.

 
Largá los lentos chabón, que estoy mirando a fulana
no ves que si me le tiro seremos novios mañana
eso sí, si es que no pide, pensarlo una semana

 
Y llegó la primavera, el veintiuno o cerquita
esa mañana de sol que casi siempre termina
con una lluvia de mierda mojando la primer cita.
Subida al micro bien tarde, esperando que se sienten
y rogando que el Barbudo la tenga sola, sentada,
para poder arrimarme, con mi mejor cara e’ nada
los dos muy juntos, muy juntos… con cara de yo no fui
esperando que ese viaje dure para toda la vida
y rogándole al chofer, que agarre alguna banquina!

 
Nostalgias de un tiempo lindo, sencillo como el cigarro
melancólicas escenas, recuerdos dulces y amargos
y es que todos los pecados, seguro que no pagamos,
pues para eso está la vida…
de a poco va descontando…

Mario Ranero (último día de Don Julio de 2013)


domingo, 28 de julio de 2013

Ojos


Ojos… ojos brillantes
ojos… ojos que dicen
ojos… ojos que callan
ojos… ojos que sueñan
ojos… ojos que adulan
ojos… ojos que odian
ojos… ojos trampa
ojos… ojos martirio
ojos… ojos infinitos
ojos… ojos cómplices
ojos… ojos en celo
ojos… ojos que anuncian
ojos... ojos que aman
ojos… ojos que saben…

que los estoy mirando…


Mario Ranero (profundo invierno del 2013)


domingo, 14 de julio de 2013

Incansable Pregonero de la Noche

(A mi amigo Rubén San Gregorio)


Me acaban de comentar
que te fuiste en este día…
No sé ni cómo vestías
pero seguro tendrías
las pilchas que con derroche
engalanaban la noche
que de a poco hiciste día.

Seguro que donde estés
harás temblar la perita
de cualquiera en una cita
que descorche la llatebo
escondida cual gacebo
en bosques de lejanía,
intentando el fondo blanco
que termine en letanía.

La noche fue tu aula magna
la barra… tu compañera
y en esas mesas largueras
dijiste lo que querías,
porque a nadie le rendías
las cuentas de tu carrera
importándote muy poco
esa chusma carroñera.

Fuiste insigne calavera
de la noche de Moreno
embajador semipleno
de la joda y la disputa
y en esas noches hirsutas
que venían para atrás
no aflojaste un tranco e’pulga
aunque bancara un barrabás.

Compañero de scotch bien servido
sin cuello… como se debe
cuando con un amigo se bebe
no quedan sitios vacíos
y seguro serán míos
los recuerdos de trasnoches
donde sin ningún reproche
apuramos el brebaje
que de a poco nos metía
en revoluciones y ultrajes.

Incansable pregonero
de la noche y sus misterios…
las más lindas, las más frías,
aquellas que sin dormirlas
las transformamos en sueños
y entreverados en vahos…
del mundo hasta fuimos dueños!

Hoy te fuiste… ni llamaste,
seguro que fue por terco
pa’no convidar la ausencia
ni condenar el silencio…

Tranquilo amigo tranquilo
no vaya a ser que dejemos
la costumbre de encontrarnos
aunque más no sea muriendo…


Mario Ranero (Apenado invierno de 2013)



martes, 28 de mayo de 2013

Sueños


 
No puedo conciliar los sueños

son traviesos y diversos

algunos trasmutan a versos

otros a prosas menores,

los tengo con acreedores

y también con gente honesta,

los hay de amores y apuestas

suaves, libres, consternados,

algunos con seres amados

o poesías trasnochadas

de amaneceres amargos

de soledades muy largas…

 

Son los sueños mi esperanza

dejar de soñar no pienso,

solamente en estos versos

quiero cantarle a mis sueños

por si ninguno se cumple

y los encuentro frustrados,

sepan que estarán a mi lado

por más que ellos renuncien...

Y si algún ser atrevido

con mis sueños se quedara

desde ya les voy diciendo

que siempre soñé la nada.

 
Mario Ranero (ocre otoño del 2013)


Temí…


Temor…

siento temor al temer,

solo quiero conocer una vida diferente

que me lleve por caminos

que se encuentren en un sitio

donde nadie haga preguntas

ni se cuestione la muerte.

Al sentir estas puntadas

que en el pecho se agudizan

cuando un amor se diluye...

cuando una vida termina…

cuando de una garganta dolida

se escucha el rumor lejano

de una pasión que agoniza…

 

Temor...

quiero arrancarte de mí

para que nadie se entere

qué espantoso es convivir

con tu sombra maliciosa...

que me miren a los ojos y digan…

al fin alguien que no teme.

 

Temor...

quisiera hacer cualquier cosa...

más no puedo, ya eres carne...

conmigo habré de llevarte

porque juntos somos uno,

destruirte no lo logro

y seria de cobarde

regalarte por la calle…

 

Temor...

quiero hacerte una propuesta...

te cambio dos de tus letras,

por una sola y sencilla,

que el temor se vuelva amor...

esa es la clara consigna…

y… cuando pregunten por vos…

les diré… que te fuiste el otro día...

que se transformó mi vida…

que estoy disfrutando un amor…

 

Amor…

ahora y aquí te encuentro

reemplazando a mi recelo...

no sé si eres para mí…

vivir esta farsa quiero…

pues mil veces yo prefiero

que un amor me descamine

a tener que soportar

que lo haga un puto temor...

 

Tú me has hecho concluir

que porque quise,

temí...

 
Mario Ranero (intrincado otoño del 2013)


martes, 14 de mayo de 2013


No hay soledad más angustiante que la que te agobia con su silencio, ni ser más importante que aquel que sabe sacarte de ella tan solo con una palabra.
 
Mario Ranero


jueves, 9 de mayo de 2013

No se me ocurre…


 
Cómo me gustaría que se me ocurriera una genialidad,

algo que realmente fuera importante y a la vez sensible,

que las mujeres se revolcaran de placer sobre la tierra

y los hombres me llenaran de abrazos y consideraciones,

que la totalidad de mis amigos del feisbuc me coronaran con “me gusta”

y yo me sintiera importante, amado, ovacionado!

que la gente saliera a las plazas de todo el mundo a vitorear mi ocurrencia,

que los animales y las plantas brincaran de felicidad por la ingeniosidad…

que a partir de esa salida comenzáramos la discusión

de lo hermoso que es la vida… de lo mágico que es el amor!

que nos pudiéramos amar los unos sobre los otros,

que las campanas pregonaran que se terminaron las guerras

que ya nadie tuviera que desear que se cumplan los preceptos ecológicos

porque ya todo el ecosistema estuviera sin inconvenientes.

Esa mágica palabra con la que cambiaran nuestras disputas…

que yo pueda besar fervorosamente a mi vecina

y mi vecina me pueda besar a mí en idéntica forma

y el esposo que trate de buscar otra vecina…

Que todos los perros fueran gatos

y que todos los gatos tuvieran laburo

sin tener que depender de uno solo…

que los negros del barrio discutan

en las bibliotecas de los blancos del palacio,

Que la trata fuera tan solo un tratamiento abreviado

Que la mujer esté por encima del hombre y éste siga gozando…

Que el agua fuera la necesaria y el fuego el imprescindible

que la bala doble en la esquina de la soledad furiosa

que los chicos se revuelquen en mares de chocolate

para no ir a la escuela…

porque los maestros ya están todos jubilados y felices en las plazas

dando de comer a las palomas que casi se tienen que comer

que los jubilados fueran subilados y la hija…

siga cosiendo para afuera respetando la falta de ortografía

Que todos los cascos del mundo sirvan tan solo

para todas las cabezas desguarnecidas de los motoqueros del mundo,

que el SIDA se transformara en DISA

o sea Desarrollo Inclusivo de Seres Adolescentes…

Que el rencor fuera amigo del amor y los dos caminaran juntos

jugueteando eróticamente por las calles de la pasión.

Que la hipocresía fuera una virtud de Hipócrates y no un defecto
 
enmascarador de máscaras de titanio esparcidas por doquier en el seno social,

que obviamente no es cualquier seno o coseno…

es la hipotenusa del radio diametralmente opuesto por los vértices

que nos narrara Pitágoras en su triunfal Teorema de él…

En fin… Cómo me gustaría ¡Carajo!

Pero no se me ocurre qué…

 
Mario Ranero (otoño del 2013)

viernes, 3 de mayo de 2013

Te llamé…


 

Te llamé… no diste bola,

tan solo necesitaba que me dijeras un ¡Hola!

Sé que seguiré insistiendo

abandonar la lucha no pienso

te llamaré tantas veces

que se me dormirán los dedos.

Más, si en algún momento

se te ocurriera atenderme,

no esperes de mí otra cosa…

te mandaré a la merde!

 

Mario Ranero


Conversaciones con el otro yo…




Cobarde...

te han tratado mil veces de cobarde,

de todo lo renunciado solo vos eres culpable.

No tienes el coraje que debe tener un hombre

cuando se ha de sentir presente

en cualquier tiempo y lugar

y cueste lo que le cueste…

¿No ves que así pasa el tiempo?

sin medidas, consecuente...

¿Cuándo vas a hacer el cambio?

¿Cuándo vas a comprender

que así no se vive siempre?

Que la vida es un pasar

y hay que pasarla con todo

escapando de algún modo

detrás de la zanahoria

y no dormirse en la gloria

que nos aportan laureles

que ni siquiera por ir

de un lado al otro, inquietos,

nos dicen verso a verso…

aquí termina la historia.

¿Y después que?

No ves que somos esencia

que ni siquiera la ciencia

nos ha podido entender.

Y  vos con tus reflexiones...

con tanto pensar y pensar...

estás perdiendo lo bueno

que es también improvisar…

La cautela tiene límites

no trates de aparentar

ocultando todo aquello

que vos tenés para dar.

Tal vez estén esperando

un gesto, una palabra,

que abra la puerta entornada

y detrás encuentres tanto

que a ti te llene de encanto

de placer y de ternura

y no mueras sin saber

lo lindo que debe ser

apasionarse con eso

que es juntar labio con labio

y que muchos llaman beso…

Dale, subite al tren, no lo pierdas...

no me vengas con chiquita

pensá en vos y en tu camino

que lo demás no interesa

salvo que de la reflexión

logres erigir ese amor

al que tanto necesitas

pero no tan cerebral…

 

No es que no tengas razón,

pero si estas construyendo

un lugar en tu universo,

no olvides que el mejor verso...

se escribe del corazón.

 

Mario Ranero


miércoles, 17 de abril de 2013

Si no me hubieses dejado…




Sabes...

han pasado tantas cosas...

sería necesario una vida para poder explicarte...

 

Esas noches solitarias,

esas mañanas sin preguntas,

esos mediodías sin respuestas,

esas tardes de alcohol,

esas fiestas sin sentido,

ese alcohol... sin sentido,

ese olvido persistente,

ese recuerdo insalvable…

el canto de los pájaros no escuchados,

el caminar de la gente... sin verla,

el llorar de los niños sin dolerme,

el dolor inadvertido de los grandes,

el temor de las mujeres,

el amor correspondido,

el amor que no llegó...

la pasión que se esfumó...

 

De la mano que no me acarició...

de la que me maltrató,

del sabor amargo...

del camino recorrido,

de la locura...

del rencor...

en fin...

 

de todo lo que no hubiera pasado

si no me hubieses dejado.

 

Mario Ranero (Otoño del 2013)
 
 

martes, 16 de abril de 2013

Temor


Voy por este destino... solo pudiendo sentir

en secreto y sin mostrarme,

ese placer tan doliente

que significa quererte y no poder demostrarte…

que tal vez esa locura que llevo muy en las venas

es la profunda y serena voluntad de conquistarte.

 

Entre estas tibias paredes día y noche...  noche y día

siento la lejanía de ese... quimérico amor,

que en el espacio infinito de mi alma y de la tuya

busca...  mil veces busca, que algún gesto… una mirada,

lo llene de amor y calma, compartiendo la aventura,

de soñar  ese momento… de tenernos en los brazos

y escuchar como un gemido, descontrolados latidos,

o tu voz serena y clara, anunciándome la helada

y profunda indiferencia, o alargándome  la vida

hasta su último límite, tratándome de explicar

el por qué de una mujer, y desde dónde viniste…

 

De todas maneras pienso... peor sería no verte, pues…

es mucho menos dolor, tenerte y no tenerte,

que vivir con el temor que me provoca perderte.

 

Mario Ranero (Otoño de 2013 de la Era Cálmica)




sábado, 13 de abril de 2013

Calle sin salida


 
Calle sin salida, laberinto nocturno.

Opresión del pecho, sin saber contínuo…

Largo camino a la nada

volver a ver lo nunca visto

pasión desencadenada

herida sangrante que al fin… nunca cicatrizó

y yo… ya ves…

desangrando gota a gota

otra paralizante melodía

que vuelve a repetir los quejidos del ayer.

Calle sin salida, paredón interminable,

divisorio entre la vida y los sueños,

camino sinuoso que no lleva a ninguna parte

porque en el final tiene un abismo…

Abismo de sol y de sombras que flotan alrededor

del ser y del no ser,

desprolijidad de pensamientos,

blancas lagunas de agua helada

que empañan la tierra somnolienta.

Y al final… la nada…

Lo de siempre… lo de nunca…

Lo que pensamos que iba a ser y fue,

lo que cualquiera hubiera supuesto

sin misterios, sin adivinanzas miserables

solo por el hecho de ser… de sentir…

Monotonía de vida…

Pasión desdibujada en una mueca que aparenta ser

pero no es…

Debilidad del ser que pretende y no puede…

Ansiedad recidiva que enamora solo a un sinsentido.

Perdón nunca dicho, caricia nunca entregada,

caminar de caminares que se retuercen en la imagen

como si fuera ayer, pero… no es ayer

es el hoy que golpea, es el mañana que abruma

en fin…

es la triste melodía de un tango que jamás será bailado

en esta estrecha calle sin salida…

 

Mario Ranero (otoño del 2013)