viernes, 16 de noviembre de 2018

Ni un sí… ni un no…


Está bien… ya todo pasó,
no me vuelvas a pedir perdón,
la verdad será… tal como se imaginó.
Ya no puedo creer en los dos.
Caminemos…
aunque ya no hay razón
para que juntos lo hagamos tu y yo.

La ventana del bar se cerró,
el alcohol que embriagaba... acabó,
invade la desolación…
ya podemos decirnos adiós.
Terminemos la farsa de dos
no agreguemos ni un sí… ni un no…
ya no vale la pena el rencor,
ya mi mano de amor se cansó…
Olvidemos…
lo nuestro acabó,
no agreguemos ni un sí… ni un no…


Mario Ranero

miércoles, 14 de noviembre de 2018

Dos…


                     A mi amigo Buby Busico
Mira los versos que he traído...
a tu tumba amigo bien amado,
son aquellos que pintaron los pecados
son aquellos innombrables que se han ido
y no entienden que no estás ya de este lado...

Te los dejo aquí arriba de tu lecho
para que esta noche los releas...
como en aquellas madrugadas sin sosiego
contemplando una a una las estrellas...
y ese vino... acariciándonos las venas.

Borrachos de ilusiones y utopías
caminábamos los dos sin darnos cuenta
que la vida barajaba naipes falsos
marcados de dolor y de miseria...
Y así... amigo mío nos pasaba,
la historia por debajo de las piernas.

No volveré mañana,
ni ayer, ni hoy, ni nunca...
me quedo con el vino del adiós,
del amor, de tu fe y de mi olvido
porque desenfrenadamente hemos sido...
dos locos, dos mortales, dos vencidos...

Mario Ranero

domingo, 11 de noviembre de 2018

Mi boca calla



Internarse en un espeso bosque…
es jugar a la soledad que él mismo nos entrega.
Quisiera hacerlo sin saber dónde está la salida.
Sé que no la buscaré…
Prometo que no la buscaré...
Aunque también sé que no pasara mucho tiempo
sin que rompa esa promesa.
Estaré pendiente de cada ruido para detectar tu llegada.

Mi cobardía me estremece,
mi miedo me acobarda,
mereces una estrella y no puedo bajarla,
mereces una flor y no puedo cortarla…
mereces calor y se me congela el alma…
quise ver la mañana y se oscureció todo el cielo,
quise encontrar tu estrella y me sorprendió el alba,
quiero gritar tu nombre… pero mi boca calla.

Mario Ranero

miércoles, 16 de diciembre de 2015

Saudade…


Siempre entre el ser y el no ser

entre el amar, el sentir y el soñar

entre los melancólicos versos agoreros

o los escurridizos vaivenes de un sentimiento…

Apareciendo de a ratos entre las tinieblas

o viboreando a través de una nostalgia,

escurriéndose como agua entre los dedos

o internándose sin temor en las honduras

más íntimas de los rencores secretos.

Contemplando impertérrita las quimeras

o enamorándose de amigos y visitas

se infiltra de a poco en nuestras vistas

y comprime trecho a trecho la agonía…

Macilenta voz que me desnudas

con paciencia sórdida y fragante

que me llega hasta el tuétano tu brisa

y disloca con voz grave mi talante,

produciendo escozor tu fresca risa

aunque no dejarás de ser la amante,

que conjugas con ternura la alternancia

de palabras y ritmos compartidos

toda vez que musitas en mi oído

tu voz grave de tenor altisonante.

Formas parte de la brisa más patética

y seduces los destinos más diversos,

acompañas desde siempre el universo

de ilusión, de amor, de fantasía,

y a la vez te conviertes al abismo

que encontrara el poeta en su poesía…

Cuanto más puedes darme en esta noche

en que mis entrañas te están necesitando

si no has podido volver cuando te quise

y no has sabido entender, cuando callando,

volcaba en mis versos redundantes

el ayer que me estaba condenando.

Ya deja de merodear alrededores

ya muestra de una vez tu consonancia

que tu tiempo es el tiempo de los hombres

que callan por ganarle a la distancia

entre tus vanos placeres siempre ocultos

y los tristes instantes de añoranzas…


















Saudade amor… saudade…

Saudade que me muero de nostalgia

por conocer tus rincones más oscuros

y por vivir para siempre entre tus garras…

Mario Ranero

lunes, 30 de noviembre de 2015

Lo peor

Devorar tus labios ya es batalla perdida…
Me queda tan solo el consuelo de llevarlos
enlazados en mis sueños…
Solo eso dejó tu disipada imagen, solo eso…
Retornaré a la interferida realidad y tornaré hiriente
las palabras del ayer.
Siento que todo se aleja y todo se conmueve
en el paraíso lejano,
siento que todo se hace penumbra…
se estremece tu forma en la distancia.
Nada se oye, todo se imagina.
La oscuridad cotidiana hace que esos sueños
sean cada vez más reales y te vea…

Es lo peor que podía pasar…

Mario Ranero




sábado, 28 de noviembre de 2015

"Compraré libros hasta el final de mi vida, creo que es también parte de la rebeldía contra la muerte".

Elías Canetti

lunes, 27 de abril de 2015

Del Fuego de tu Boca



Beber del fuego de tu boca, quiero...
sentir las formas de las formas de tu cuerpo,
y así entregarme hasta en el último aliento
seguro de saber que lo seguro, puede ser cierto.

Cabalgar como cabalga un caballero errante
buscar como se busca cuando se tiene delante
el deseo de ser aquello que quisiera
y que hoy la vida nuevamente niega.

Juntar con mis manos tus manos casi tibias
acariciar con mis dedos tus partes más sencillas,
navegar por el mundo eterno de tus ojos
entrar en tu túnel… sin acabar despojos.

Vivir como vive aquél que tanto ama
sentir como siente aquél que amor reclama
recostarme en tus pechos blancos como nieve
envolverme en tu alma y sentir que llueve.

Cantarle a una luna frágil como tu alma
quemarme con el fuego que tu cuerpo derrama
amarte enloquecido, como nadie te ama
como esquizofrénico que nada reclama.

Besar tu piel durazna, suave y lejana
caminar por tu pubis descalzo entre sus ramas
aspirar tu aliento convertido en llama
hacer un nido tierno entre pliegues de tu almohada.

En fin... quererte pero quererte en el alma,
y esperar contigo a que llegue la calma
esa calma infinita que mi ser reclama
y que por no sé qué cosa, enfrió la mañana…

Tal vez, algún día, y buscando sosiego
te diga que te amo, para serte sincero,
te busque en las tinieblas de este mundo eterno
y beba del fuego que de tu boca quiero…


Mario Ranero

La marca



Volveré al champagne de las memorias… y será otro día,
caminaré por las sombras enmohecidas de nostalgias…
[y será otra noche.
Volcaré mis deseos escondidos en el mar de tus lágrimas
y provocaré los llantos enmudecidos de soledades y destierros,
que llevan en sus alas la triste turbulencia del desconsuelo.
Ya no podré mirarte sin humedecer los párpados,
ni tampoco caminar sin palidecer las sombras
que dejara tu cuerpo enigmático y sereno.
Ya no podré contemplarte sin sentir la congoja
que envilece mi alma con el cianuro sabio de la despedida.
Nada más que otro alba, nada más que otro cielo…
Nada más que otro labio rodando en la calle
para besar la marca que dejó tu recuerdo…


Mario Ranero

Las huellas del amor


Nada más me importa que el vil desenfado
con que tu alma desierta mi alma soslayó,
pero aún quedan vestigios tediosos y vastos
de aquel paso sereno en que uno fuimos dos.

Andaré por el cosmos buscando tu creación,
hallaré de algún modo a aquel que te creó,
le robaré la fórmula que la imagen te dio
y descansaré sobre ella más allá del rencor…

Beberé el licor que terminará la función,
limaré las huellas de las huellas de tu amor
para que no queden pruebas de la decepción
y volveré a las calles de la alucinación…

a buscar otras huellas en las huellas del amor…


Mario Ranero

Nada es cierto


Nunca más te miraré,
besar tu boca no quiero,
ni me hables de aquel fuego
que en vos jamás encontré.

Ya nunca te abrazaré
porque no tiene sentido,
lo vivido fue vivido…
hoy tan solo un sueño es.

Ni que hablar de tu sonrisa,
nunca llegó a conquistarme;
ni del brillo de tus ojos
pues no supieron amarme.

¿Que tu boca sabe a néctar?
no sé quién lo habrá dicho,
porque es un cuento creerlo…
de plano lo desestimo.

¿Que tus brazos son los únicos
que me abrazaron tan fuerte?
Eso también es mentira…
apenas si me estremecen.

¿Que un ángel está en tu cuerpo?
¿Que tu sonrisa me mata?
desmiéntelo a cuatro vientos…
eso es tan solo una fábula

Me vuelves a la memoria
y callo por no llamarte…
Como no he podido amarte
no te cuento en esta historia.

Tal vez, algún día... la gloria
vendrá a posarse en tus manos
y contándote que te amo
pondrá fin a esta parodia.

Lo que hay en ti, nada es cierto…
ni tus besos, ni tus manos,
ni esto que voy escribiendo
pues tan solo es un ensayo.


Mario Ranero


Paisaje



Estas calles que me han visto
deambular contigo del hombro   
me devuelven el asombro
de un fulgor entre mil sueños.
Ya me envuelven los recuerdos,
ya me evocan sus veredas,
ya tristezas pasajeras
de un otoño arrepentido
despedazan un olvido
de tus tiempos y mis sombras,
sensaciones que retornan
en tus pasos callejeros,
memorando el entrevero
de tus sendas y las mías,
que como si fueran arpías
merodeaban callejuelas
que otrora fueran vacías
y hoy son tristes calaveras.


Mario Ranero

Tus puntos estratégicos


Bello y tibio sol de primavera
se va grabando poco a poco en tu cuerpo,
lo acaricio, y es como si supiera
dónde quedan los puntos estratégicos.

Tu boca me esclaviza, tu lengua me investiga,
la trama de tu pelo me envuelve muy despacio.
Ya todo me presiente que ha de faltar muy poco
para encontrar la paz en todos tus espacios.

Mis dedos te recorren como pulpos sin tregua,
desean trasmitirte cuánto es lo que te siento,
no pueden estar calmos, mucho menos ausentes…

de a poco van sintiendo tus partes más lejanas…
Yo siento que me queman tus labios y tu aliento,
me abrazas y en tu abrazo me pierdo en tu silencio…


Mario Ranero

Ojos de uva


Sumisos y a la vez altivos,
                
amados y quizá envidiados

redondos como lunas de otoño

mojados… angustiados

pero nunca vencidos

salvo por un sueño

jamás cumplido…

Amanecidos como besos

níveos como escarcha

profundos como mares

irónicos y exacerbados

lacónicos y lacerantes

he aquí…

ojos de uva que se han cerrado.


Mario Ranero

viernes, 28 de noviembre de 2014

"Amar a alguien, creo, que es lo único que no depende, de nosotros."

Laura Barrientos Lowey

sábado, 3 de mayo de 2014

Su relato era tan profundo 
que ese miedo se fue llenando de razones. 
Escribía, escribía y oscurecía, 
oscurecía a la velocidad de las letras. 
Se acariciaban las manos y las muñecas, 
y el vapor del té era, el vapor del tren. 
Ese tren sólo iba, iba y crecía, 
crecía como un beso, rojo.


Laura Barrientos Lowey


sábado, 12 de abril de 2014

Historias Pasadas...



La luna de plata abre grietas
sin que lo puedas evitar,
derraman tus lágrimas
ríos de cobardía y sal.

Espectros despiertan con tu energía
trayendo entre sus manos flores secas
borrando caricias en la memoria
dejándote solo entre el infierno y sus formas.

Aunque la felicidad hoy parezca muy lejana
sueña con el mañana
que en el hueco más profundo de un alma
la llama de esperanza siempre anida.

La lluvia cayendo afuera
será razón para qué vuelvas
mientras el viento sopla cenizas
y las historias pasadas...inevitablemente cicatrizan.



© Claudio Alejandro Castro




jueves, 20 de marzo de 2014

Hojas de otoño…


Hojas de otoño…
poéticas para los románticos,
malditas para los agnósticos,
laburo para los casuísticos,
amores para los nostálgicos.
Hojas de otoño…
culpables de melancolías,
amigas de fantasías,
violadas en noches frías,
pisadas por mayorías.
Hojas de otoño…
en cuál de ellas
se cambió la estación?
en cuál se derramó la ilusión?
en cuál de ellas
se murió mi corazón?
Hojas de otoño…
vuelven a mí recurrentemente,
construyen en mi alma
ajados y doloridos
jergones marchitos en melancolía,
vuelven a mí recurrentemente…
Hojas de otoño…
circunspectas, frágiles, malolientes…
me envuelven en nostalgias prudentes,
desgranan palmo a palmo mis recuerdos
y transforman los más profundos sentimientos
en melancólicos pasos del inexorable tiempo.
Hojas de otoño…
juegan en mi vida la rayuela del belga,
imprimen en mi alma la prosa del poeta,
encierran mis ayeres con magia novelesca,
marcan en mi ánimo canciones de protesta
y, finalmente…
me hacen revivir lo mejor de la gran gesta…


Mario Ranero (A minutos del inicio del otoño del 2014)



miércoles, 22 de enero de 2014

Esperando el final


Sabe que inexorable se va acercando el final,
y no está mal que así sea, por más que le de pesar,
así como el animal que ve el peligro cercano…
comienza a cerrar la mano y empieza a reflexionar.
Percibe de a poco el vuelo de un alma que sin apuro
le va marcando un camino errático y misterioso,
no sabe si hay que seguirla… y allí comienza su duda,
pues si bien se muestra afable y con los ojos brillosos
es un alma entristecida que encierra en su ser enigmas,
insalvables… sigilosos…
que vuelcan en el espacio los tiempos más escabrosos
vividos en otra vida, pensados en otra muerte,
como un clamor agitado que se agiganta inconsciente
y golpea entusiasmado sabiendo que  tiene en frente
esa vida mutilada que le presenta la suerte.
Anda… anda… no te pares…!
-parece decirle el tiempo-
que es como un amor errante las aguas que no bebemos
que es como alucinante beber a tragos los sueños
que nos dibujan siluetas allí donde poco vemos,
que nos delatan quereres en esas noches de ensueños,
que logran atiborrarnos, por más que pensemos bello
que acongojan las entrañas, aunque a veces sin saberlo
que todo lo estropean por no conocerle el verbo
y así predican la muerte para corrernos el velo…
que nos sepulta en las noches,
que nos veneran despiertos…

Ah! final que te aproximas, a pasos más que ligeros
si ese ha de ser tu propósito, no cambies el derrotero
aquí te estaré esperando bebiendo licor del bueno
pues no hay final más glorioso
que aquel que se espera ebrio…


Mario Ranero (Re verano del 2014)



lunes, 6 de enero de 2014

Llevarte


Cuando en la inmensidad de la noche
tu recuerdo viene a mi mente,
me pregunto por adentro
con palabras descarnadas
si es cierto lo que yo siento
si es cierto lo que tú sientes

Entonces... fijo mi vista
en puntos inconsistentes
cierro los ojos, te veo…
te tengo un rato presente,
me sumerjo en esos ojos
y pienso alocadamente.

No ha de ser de otra manera…
te siento como me sientes,
te quiero como me quieres…
necesito tu calor
como tú el mío surgente
y tus manos alrededor
de mi cuerpo aún caliente.

Por eso... solo por eso
te extraño beso por beso,
quiero acortar las distancias
pero no puedo... no puedo…
saber que tengo tu amor
y no poder entenderte.

Que loco me estoy volviendo
solo lo sabe el silencio,
que daría toda mi alma
para juntarme en el cielo…
eso... tan solo lo saben
mi corazón y mi verso.

Por darte a ti lo mejor
soy capaz de no nombrarte
para que nadie descubra
este profundo secreto
y así... por mis adentros
amarte... pero llevarte.


Mario Ranero (Caluroso, húmedo e insoportable verano 2014)


lunes, 16 de diciembre de 2013

Animal herido

Enervado, loco y mutilado,
avanzando por espacios sometidos,
más que un hombre, un animal herido…
buscó consuelo en la talla de una rama,
profirió un gemido gutural… desagradable,
y se arrastró como un galápago indeseable…
Se cobijó entre sus frías manos huecas,
redobló la apuesta de lo cierto,
fustigó con saña su tristeza
y cayó rendido a los pies del primer sueño.
Toda la gente habló cien mil pelotudeces
relatando su ignominia circunstancia
él sabía que la historia no cuajaba
pero de por sí, restóle la importancia…
Se dijeron cosas ciertas y no tanto
le importaba un carajo el comentario
montó raudo en su caballo bayo
y galopeó hasta lograr el cansancio de ambos.
Se detuvo un instante y… relajado,
exclamó su verdad incontenida
había llegado al pie de los pesares
había logrado una paz superlativa…
Después se retiró cual moribundo
que ha perdido nuevamente su morada
allá a lo lejos, otro pesar lo esperaba…
la vida le dibujaba otro mundo…
Buscó entre las sombras su mirada
siluetas incomprensibles… desgastadas…
solo eso había en la distancia,
y sin consuelo, sin amor, sin esperanzas,
se preparó para otro mazo de barajas,
pues lo esperaba violento póker con la parca.
Pierna en mano era más que ese par doble
que lucía la muerte entusiasmada
pidió cartas… le vinieron dos clavadas
apretó los dientes rechinando
endureció el rostro y, cabizbajo…
apostó la vida en el último tramo

Se marchó con ella…
jamás le perdonó su compañía
y… aunque no tuvo valor para evitarla
reconoció su cruenta letanía…

Cuando despertó, ya nada le quedaba
solo un pájaro herido en su ala
que exclamaba su dolor a cada paso
las cenizas se volvieron almas…
la paz se transformó en dos pedazos
los vientres vomitaban el ocaso
de su vida, de su ser y su nostalgia…


Mario Ranero (Diciembre del 2013)