jueves, 23 de junio de 2022

 Tu no estar

                                   (Oda a mi hermano Néstor)

 

Otra vez lo mismo...

la ausencia,

la horrible y triste ausencia

el no estar,

la imagen borrada de mi vista,

aquel perfume que aún

me envuelve en sus sueños,

el espantoso ruido del silencio,

el timbre de una voz apagada,

la quieta noche que me abruma

y la fría tristeza del no estar,

esta poca paciencia

que hace aún más larga la espera,

mi escasa capacidad de entendimiento,

la falta de la espontánea sonrisa,

la partida…

esos días...

la falta de la mirada

la blanca soledad

sin ilusión...

esta es la galería de lo imposible

es decir...

lo imposible posible…

ese vacío muy mío

esa insoportable búsqueda del que se yo…

de los porqué que estrujan el alma,

esa búsqueda de lo irreparable

de lo cotidiano en la línea de la ficción,

ese camino sempiterno que alguien decidió comenzar

y otro alguien dispuso terminar

así…

como se termina un delirio

como se marcha un olvido

como regresa un recuerdo

como se apaga una vida…

como si el puto destino tuviera reservada

una horrible

carcajada en sorna…

 

Mario Ranero 

martes, 14 de junio de 2022

 A la noche

 

Llevaba la noche cargada en sus hombros
olía soledad, angustia, melancolía…
sintió mucha bronca de saberla perdida.
Intentó detener la llegada del día.
Pensó que era tiempo de volver a verla,
apareciendo entre los árboles…
encendiendo mil estrellas,
provocando alegrías, nostalgias, tristezas
cambiando la vida de luz, en tinieblas
soportando silencios, abrazos y penas…
Nada podía hacer con ella
debía esperar para volver a verla
y mientras tanto… soportar su ausencia,
hasta que otra noche profunda lo envuelva
con el mismo olor a soledad, angustias y penas.

Mario Ranero 

martes, 30 de noviembre de 2021

jueves, 14 de febrero de 2019

Aquel Beso…


Cómo poder explicar si con palabras no puedo

lo que dejó en mi alma aquel beso, tu beso...

Sentí como si el corazón de repente daba un vuelco,

se me llenaron los ojos de un extraño sentimiento.

Las manos se me mojaron, me quedó el cuerpo tieso…

como nunca había pasado, y eso... que yo he besado

por tiempos, tiempos y tiempos...



Comenzaste a rozar tus labios fríos y tiernos

y yo comencé a sentir que volaba por el cielo.

Tu lengua que se asomó como se asoma el lucero

hizo en mí tan loco estrago, que ya no supe decir

ni siquiera que te quiero.



Cuando acercaste tu cara antes de darme ese beso

presentí que terminaba la etapa del sufrimiento.

Busqué esa boca frágil que habrá sentido mil vientos

pero cuando me besó comprendí que por amor

esos vientos no eran vientos.



Cerré los ojos… volé… por la tierra y por el cielo

mientras acariciaba tu cuello, tu cara, tu desconsuelo...

y entonces... por un momento creí en lo increíble…

que era ese… nuestro tiempo.



Cuando te miré a los ojos mientras me dabas tu beso,

vi que ellos aún cerrados se movían por adentro,

entonces bajé la vista hasta llegar a tu cuerpo,

me pareció que temblabas, que estaba viviendo un sueño,

y sentí una caricia que volvió a helarme el cuello.



Regresé hasta tus labios que se encontraban abiertos,

no quería ni moverme por miedo a que no fuera cierto,

dibujaste un sonrisa… y me sentí hombre muerto,

entregado totalmente a ese tan loco momento…

no quería que pasara el inexorable tiempo…



Que quedara detenido en ese beso… tu beso...


Mario Ranero




El amor es la versión salvaje de la amistad


Mario Ranero





viernes, 16 de noviembre de 2018

Ni un sí… ni un no…


Está bien… ya todo pasó,
no me vuelvas a pedir perdón,
la verdad será… tal como se imaginó.
Ya no puedo creer en los dos.
Caminemos…
aunque ya no hay razón
para que juntos lo hagamos tu y yo.

La ventana del bar se cerró,
el alcohol que embriagaba... acabó,
invade la desolación…
ya podemos decirnos adiós.
Terminemos la farsa de dos
no agreguemos ni un sí… ni un no…
ya no vale la pena el rencor,
ya mi mano de amor se cansó…
Olvidemos…
lo nuestro acabó,
no agreguemos ni un sí… ni un no…


Mario Ranero

miércoles, 14 de noviembre de 2018

Dos…


                     A mi amigo Buby Busico
Mira los versos que he traído...
a tu tumba amigo bien amado,
son aquellos que pintaron los pecados
son aquellos innombrables que se han ido
y no entienden que no estás ya de este lado...

Te los dejo aquí arriba de tu lecho
para que esta noche los releas...
como en aquellas madrugadas sin sosiego
contemplando una a una las estrellas...
y ese vino... acariciándonos las venas.

Borrachos de ilusiones y utopías
caminábamos los dos sin darnos cuenta
que la vida barajaba naipes falsos
marcados de dolor y de miseria...
Y así... amigo mío nos pasaba,
la historia por debajo de las piernas.

No volveré mañana,
ni ayer, ni hoy, ni nunca...
me quedo con el vino del adiós,
del amor, de tu fe y de mi olvido
porque desenfrenadamente hemos sido...
dos locos, dos mortales, dos vencidos...

Mario Ranero

domingo, 11 de noviembre de 2018

Mi boca calla



Internarse en un espeso bosque…
es jugar a la soledad que él mismo nos entrega.
Quisiera hacerlo sin saber dónde está la salida.
Sé que no la buscaré…
Prometo que no la buscaré...
Aunque también sé que no pasara mucho tiempo
sin que rompa esa promesa.
Estaré pendiente de cada ruido para detectar tu llegada.

Mi cobardía me estremece,
mi miedo me acobarda,
mereces una estrella y no puedo bajarla,
mereces una flor y no puedo cortarla…
mereces calor y se me congela el alma…
quise ver la mañana y se oscureció todo el cielo,
quise encontrar tu estrella y me sorprendió el alba,
quiero gritar tu nombre… pero mi boca calla.

Mario Ranero

miércoles, 16 de diciembre de 2015

Saudade…


Siempre entre el ser y el no ser

entre el amar, el sentir y el soñar

entre los melancólicos versos agoreros

o los escurridizos vaivenes de un sentimiento…

Apareciendo de a ratos entre las tinieblas

o viboreando a través de una nostalgia,

escurriéndose como agua entre los dedos

o internándose sin temor en las honduras

más íntimas de los rencores secretos.

Contemplando impertérrita las quimeras

o enamorándose de amigos y visitas

se infiltra de a poco en nuestras vistas

y comprime trecho a trecho la agonía…

Macilenta voz que me desnudas

con paciencia sórdida y fragante

que me llega hasta el tuétano tu brisa

y disloca con voz grave mi talante,

produciendo escozor tu fresca risa

aunque no dejarás de ser la amante,

que conjugas con ternura la alternancia

de palabras y ritmos compartidos

toda vez que musitas en mi oído

tu voz grave de tenor altisonante.

Formas parte de la brisa más patética

y seduces los destinos más diversos,

acompañas desde siempre el universo

de ilusión, de amor, de fantasía,

y a la vez te conviertes al abismo

que encontrara el poeta en su poesía…

Cuanto más puedes darme en esta noche

en que mis entrañas te están necesitando

si no has podido volver cuando te quise

y no has sabido entender, cuando callando,

volcaba en mis versos redundantes

el ayer que me estaba condenando.

Ya deja de merodear alrededores

ya muestra de una vez tu consonancia

que tu tiempo es el tiempo de los hombres

que callan por ganarle a la distancia

entre tus vanos placeres siempre ocultos

y los tristes instantes de añoranzas…


















Saudade amor… saudade…

Saudade que me muero de nostalgia

por conocer tus rincones más oscuros

y por vivir para siempre entre tus garras…

Mario Ranero

lunes, 30 de noviembre de 2015

Lo peor

Devorar tus labios ya es batalla perdida…
Me queda tan solo el consuelo de llevarlos
enlazados en mis sueños…
Solo eso dejó tu disipada imagen, solo eso…
Retornaré a la interferida realidad y tornaré hiriente
las palabras del ayer.
Siento que todo se aleja y todo se conmueve
en el paraíso lejano,
siento que todo se hace penumbra…
se estremece tu forma en la distancia.
Nada se oye, todo se imagina.
La oscuridad cotidiana hace que esos sueños
sean cada vez más reales y te vea…

Es lo peor que podía pasar…

Mario Ranero




sábado, 28 de noviembre de 2015

"Compraré libros hasta el final de mi vida, creo que es también parte de la rebeldía contra la muerte".

Elías Canetti

lunes, 27 de abril de 2015

Del Fuego de tu Boca



Beber del fuego de tu boca, quiero...
sentir las formas de las formas de tu cuerpo,
y así entregarme hasta en el último aliento
seguro de saber que lo seguro, puede ser cierto.

Cabalgar como cabalga un caballero errante
buscar como se busca cuando se tiene delante
el deseo de ser aquello que quisiera
y que hoy la vida nuevamente niega.

Juntar con mis manos tus manos casi tibias
acariciar con mis dedos tus partes más sencillas,
navegar por el mundo eterno de tus ojos
entrar en tu túnel… sin acabar despojos.

Vivir como vive aquél que tanto ama
sentir como siente aquél que amor reclama
recostarme en tus pechos blancos como nieve
envolverme en tu alma y sentir que llueve.

Cantarle a una luna frágil como tu alma
quemarme con el fuego que tu cuerpo derrama
amarte enloquecido, como nadie te ama
como esquizofrénico que nada reclama.

Besar tu piel durazna, suave y lejana
caminar por tu pubis descalzo entre sus ramas
aspirar tu aliento convertido en llama
hacer un nido tierno entre pliegues de tu almohada.

En fin... quererte pero quererte en el alma,
y esperar contigo a que llegue la calma
esa calma infinita que mi ser reclama
y que por no sé qué cosa, enfrió la mañana…

Tal vez, algún día, y buscando sosiego
te diga que te amo, para serte sincero,
te busque en las tinieblas de este mundo eterno
y beba del fuego que de tu boca quiero…


Mario Ranero

La marca



Volveré al champagne de las memorias… y será otro día,
caminaré por las sombras enmohecidas de nostalgias…
[y será otra noche.
Volcaré mis deseos escondidos en el mar de tus lágrimas
y provocaré los llantos enmudecidos de soledades y destierros,
que llevan en sus alas la triste turbulencia del desconsuelo.
Ya no podré mirarte sin humedecer los párpados,
ni tampoco caminar sin palidecer las sombras
que dejara tu cuerpo enigmático y sereno.
Ya no podré contemplarte sin sentir la congoja
que envilece mi alma con el cianuro sabio de la despedida.
Nada más que otro alba, nada más que otro cielo…
Nada más que otro labio rodando en la calle
para besar la marca que dejó tu recuerdo…


Mario Ranero

Las huellas del amor


Nada más me importa que el vil desenfado
con que tu alma desierta mi alma soslayó,
pero aún quedan vestigios tediosos y vastos
de aquel paso sereno en que uno fuimos dos.

Andaré por el cosmos buscando tu creación,
hallaré de algún modo a aquel que te creó,
le robaré la fórmula que la imagen te dio
y descansaré sobre ella más allá del rencor…

Beberé el licor que terminará la función,
limaré las huellas de las huellas de tu amor
para que no queden pruebas de la decepción
y volveré a las calles de la alucinación…

a buscar otras huellas en las huellas del amor…


Mario Ranero

Nada es cierto


Nunca más te miraré,
besar tu boca no quiero,
ni me hables de aquel fuego
que en vos jamás encontré.

Ya nunca te abrazaré
porque no tiene sentido,
lo vivido fue vivido…
hoy tan solo un sueño es.

Ni que hablar de tu sonrisa,
nunca llegó a conquistarme;
ni del brillo de tus ojos
pues no supieron amarme.

¿Que tu boca sabe a néctar?
no sé quién lo habrá dicho,
porque es un cuento creerlo…
de plano lo desestimo.

¿Que tus brazos son los únicos
que me abrazaron tan fuerte?
Eso también es mentira…
apenas si me estremecen.

¿Que un ángel está en tu cuerpo?
¿Que tu sonrisa me mata?
desmiéntelo a cuatro vientos…
eso es tan solo una fábula

Me vuelves a la memoria
y callo por no llamarte…
Como no he podido amarte
no te cuento en esta historia.

Tal vez, algún día... la gloria
vendrá a posarse en tus manos
y contándote que te amo
pondrá fin a esta parodia.

Lo que hay en ti, nada es cierto…
ni tus besos, ni tus manos,
ni esto que voy escribiendo
pues tan solo es un ensayo.


Mario Ranero


Paisaje



Estas calles que me han visto
deambular contigo del hombro   
me devuelven el asombro
de un fulgor entre mil sueños.
Ya me envuelven los recuerdos,
ya me evocan sus veredas,
ya tristezas pasajeras
de un otoño arrepentido
despedazan un olvido
de tus tiempos y mis sombras,
sensaciones que retornan
en tus pasos callejeros,
memorando el entrevero
de tus sendas y las mías,
que como si fueran arpías
merodeaban callejuelas
que otrora fueran vacías
y hoy son tristes calaveras.


Mario Ranero

Tus puntos estratégicos


Bello y tibio sol de primavera
se va grabando poco a poco en tu cuerpo,
lo acaricio, y es como si supiera
dónde quedan los puntos estratégicos.

Tu boca me esclaviza, tu lengua me investiga,
la trama de tu pelo me envuelve muy despacio.
Ya todo me presiente que ha de faltar muy poco
para encontrar la paz en todos tus espacios.

Mis dedos te recorren como pulpos sin tregua,
desean trasmitirte cuánto es lo que te siento,
no pueden estar calmos, mucho menos ausentes…

de a poco van sintiendo tus partes más lejanas…
Yo siento que me queman tus labios y tu aliento,
me abrazas y en tu abrazo me pierdo en tu silencio…


Mario Ranero

Ojos de uva


Sumisos y a la vez altivos,
                
amados y quizá envidiados

redondos como lunas de otoño

mojados… angustiados

pero nunca vencidos

salvo por un sueño

jamás cumplido…

Amanecidos como besos

níveos como escarcha

profundos como mares

irónicos y exacerbados

lacónicos y lacerantes

he aquí…

ojos de uva que se han cerrado.


Mario Ranero

viernes, 28 de noviembre de 2014

"Amar a alguien, creo, que es lo único que no depende, de nosotros."

Laura Barrientos Lowey

sábado, 3 de mayo de 2014

Su relato era tan profundo 
que ese miedo se fue llenando de razones. 
Escribía, escribía y oscurecía, 
oscurecía a la velocidad de las letras. 
Se acariciaban las manos y las muñecas, 
y el vapor del té era, el vapor del tren. 
Ese tren sólo iba, iba y crecía, 
crecía como un beso, rojo.


Laura Barrientos Lowey